¿Eres de Chihuahua o de Shihuahua?

Por: Carlos Macedo (carlos@puntoycoma.mx)

“Shile shilaca a osho oshenta”. Lo veías venir desde que te preguntaron de qué estado venías. Para bien o para mal, el chiste te ha acompañado en toda reunión con gente de otros estados. Ya incluso aprendiste a tomarlo como parte de tu rompehielos habitual. La pronunciación /sh/ de las letras “ch” se ha convertido en uno de los sellos distintivos de los chihuahuenses… o eso es lo que unos creen. Pero se puede ser chihuahuense y no depender de ese estigma. Porque, en mi opinión, es mejor ser de Chihuahua que de “Shihuahua”. Y existe un método para lograrlo.

Hay un debate interesante entre quienes dicen que no está mal hablar con regionalismos. Pueden ser regionalismos por el uso de ciertas palabras o por el acento. En este caso, no hablaremos del acento en general, con sus altas y bajas de tonos y la musicalidad o ritmo que le imprimen al discurso. Eso lo dejaremos para otra ocasión. Nos concentramos en la pronunciación de la /sh/. Y el tema aquí es que algunos regionalismos dan identidad al hablante e información al interlocutor de nuestra procedencia. Pero, como sucede con todo discurso, también da información de nuestro nivel de preparación. Claro, existen verdaderos genios o destacados líderes, cuyos logros intelectuales no son reducidos por su pronunciación de la /sh/. Pero, en materia de comunicación, muchas veces la percepción es realidad. Y muchas veces, la percepción se basa en las primeras impresiones.

A fin de cuentas, nuestro precioso idioma no contempla entre sus fonemas el sonido /sh/. No hay letra o combinación de letras que lo representen, como no sea en una palabra extranjera. ¿Es por eso nuestro idioma menos rico? No. Cada idioma tiene sus peculiaridades conceptuales y fonéticas. Nuestra /rr/ es un gran reto para los angloparlantes, –a excepción de Cardi B. Y nosotros mismos nos vemos en problemas al tratar de pronunciar la terminación francesa /eu/. Esto es por que cada idioma desarrolla sus sonidos. Y cuando hablamos de fonemas, hablamos de la colocación del aparato fonador. Así, dominar el secreto de la /ch/ es una simple cuestión de atención a la colocación, práctica y disciplina.

La idea es poner atención a la colocación de nuestra boca, lengua y dientes a la hora de pronunciar cada letra o sílaba. Una buena dicción es justamente una colocación perfecta de cada fonema escrito en un texto o discurso. Para el caso de la /ch/, lo que hacemos es colocar la lengua de forma que los costados se apoyen ligeramente en los molares. La punta de la lengua alcanza a tocar los incisivos, y esa posición se rompe, separando de los dientes la punta de la lengua, conforme pasamos de la consonante a la vocal. Sí, es algo extenso de escribir, pero si estas solo y haces la prueba en voz alta verás que es apenas una fracción de segundo. Ahora, la pronunciación de la /sh/ varía en que la punta de la lengua no inicia haciendo contacto con los incisivos. Esa falta de contacto, combinada con una ligera posición de los labios hacia afuera y un pequeño retraso en el tiempo destinado a esa letra, provocan el estigmatizado sonido que, ya dijimos, no corresponde a un correcto español.

Entonces, para cambiar el “Shihuahua” por el “Chihuahua”, lo que hay que hacer es concentrarse en la punta de la lengua para que esta inicie haciendo contacto con los dientes. Una buena táctica es fingir que una “T” se antepone a la “ch”. Esto funciona bien porque la posición de la lengua para pronunciar la “T” nos obliga a juntar la punta de la lengua a los dientes. Y si funciona bien, puedes darle a la lengua un buen chile chilaca como premio en la siguiente carne asada.

Obviamente esto es solo la teoría. Bien advertí que además se necesita práctica. Y mejor sería tener un coach. Si el objetivo es hablar bien, pues entonces vale la pena el esfuerzo. Y si quieres hablar mejor, no solo con respecto de la eterna lucha entre la /ch/ y la /sh/, sino con respecto a las múltiples habilidades para hablar en público o ante grupos con más emotividad y con más fuerza de persuasión, pues hay mucho que podemos trabajar juntos. Es cuestión de ponernos de acuerdo para el Taller de Comunicación Humana. Si te interesa, estoy a las órdenes.  



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